Ejercicios de piedad populares y cristianos: Ejemplos

Publicado junio 12, 2017 y escrito por Laura

Los primeros cristianos recitaban los Salmos recibidos del judaísmo, pero como expresión de la nueva fe invocaban el nombre de Jesús, en el Espíritu Santo, para la gloria del padre, oían la lectura de los Evangelios y de las Cartas Apostólicas y leían la oración enseñada por Salvador: "Padre nuestro que estás en los cielos".

En la Edad Media un admirable movimiento de piedad eucarístico empezó a conmover a las almas, en reacción contra la herejía, pero sobre todo por la fuerza interna de la fe. Se colocaba la Santa Hostia en unas custodias, para contemplarla y adorarla.

Se llevaba en procesión. La fiesta del Corpus se propagó de una diócesis a otra, de un monasterio a otro, en espera de convertirse en una fiesta de la Iglesia universal.

Este movimiento no ha disminuido en los tiempos modernos. De este modo se ha realizado la institución de las Cuarenta Horas, con la idea tan cristiana de la reparación. Las exposiciones, la bendición del Santísimo, son, por ejemplo, una de las devociones más hermosas.

Se han formado grupos para la adoración perpetua de Jesús en la Hostia. La Iglesia ve llegar de nuevo, casi cada año, la gran adoración internacional de los Congresos Eucarísticos que llaman la atención del mundo entero.

Otra muestra de ejercicios de piedad son las diferentes peregrinaciones que los creyentes realizan, con un extraordinario empuje, por ejemplo, a Lourdes o a Tierra Santa, sin contar las que se hacen para la Patronas de cada país o las procesiones tras la imagen de Jesús, la Virgen o el Santo que protegen a un pueblo o ciudad.

En muchas parroquias, es costumbre rezar el Rosario en familia durante el mes de María, cada noche en un domicilio diferente, en el cual los feligreses de la vecindad se reúnen en comunión.